Riquelme estuvo flojo, el equipo siguió por la misma senda y Boca volvió a la derrota. Otra vez Falcioni apostó a no perder, pero en ésta no hubo genialidad de Román que lo salve. Y la falta de juego quedó en evidencia más que nunca.
Román jugó su partido más flojo en el Clausura y el equipo lo sintió. |
Era cuestión de tiempo. Un jugador distinto te gana un partido. Te gana dos. Pero si la idea es que siempre el trámite del partido lo resuelva un mismo jugador, cuando éste juega mal, se cae todo a pedazos. Y así fue.
Riquelme tuvo un partido de esos que se le ven poco: sin mucha participación, impreciso y casi sin injerencia en los ataques -¿hubo?- Xeneizes. Y, por consecuencia, el equipo careció de ideas y se hundió en un esquema que es netamente defensivo.
Pero lo que más sorprende es lo mal que defiende un equipo que se preocupa solamente en hacer eso. Otra vez graves errores en defensa –cierre a destiempo de Cellay en el primer gol, pierde en el cabezazo Insaurralde en el segundo- provocaron la diferencia en el resultado.
Esta vez no hubo un tiro libre que salve a un equipo apático. Porque al 10 no lo favorece el esquema: es el hombre más adelantado detrás de Palermo, no tiene opciones de pase cuando posee el balón y sus compañeros carecen de movilidad. Por eso, intercambió posiciones con Erviti y se tiró más atrás. Pero tampoco gravitó.
Y al no aparecer el 10, no hay otros 10 que respalden este esquema que a esta altura no convence a nadie. Y así, Boca quedó con 10 –puntos-, a ocho de los primos, punteros del Clausura. Hoy no hubo Plan B para un mal partido de Riquelme y la falta de juego del equipo de Falcioni quedó en evidencia.
0 Response for the "Sin el 10 no hay otros 10"
Publicar un comentario