Boca no pudo con Fluminense en La Bombonera, en el regreso de la Copa Libertadores al templo xeneize. El equipo de Falcioni buscó, Riquelme fue figura, pero los brasileños fueron más efectivos y se quedaron con los tres puntos. Habrá que mejorar.

Por Leandro Ulloa (@CancionUlloa)

Y tal vez la respuesta esté en que hay jugadores que no están –o no estuvieron hoy- a la altura de las circunstancias: la Copa Libertadores de América, marcada a fuego en la historia de Boca pero no en la de muchos de los integrantes de este plantel. Esta noche, algunos jugadores que les sobra con su rendimiento regular en el torneo local, dejaron al desnudo sus falencias ante un rival de peso internacional. 

Sin embargo no todo es pesimismo y crítica. Parecerá un tanto bipolar, pero Boca perdió el invicto de 36 partidos dejando una de sus mejores actuaciones en el campo de juego. Por el marco, por situaciones de gol y por el potencial del equipo al que se enfrentaba. Pero rememoró viejos problemas defensivos, sumada a la poca efectividad en ataque. 

El conjunto de Falcioni tuvo, al menos, ocho llegadas claras de gol. Fluminense, apoyado en su efectividad y aprovechando al máximo cada error en defensa de Boca, tuvo tres y marcó dos goles. Ahí estuvo el partido. Y en los pies de Deco, un jugador de otra categoría. O de la categoría de nuestro 10, pero mejor rodeado.

Darle opciones de pase, darle la pelota, darle socios, crearle espacios, moverse, pivotear, rotar, en definitiva, jugar al fútbol. Y por sobre todas las cosas, dársela al 10. El fútbol es fácil cuando pasa por los pies de Román. Entonces hay que aprovecharlo. Hoy, intentó mucho individualmente, se lo buscó poco y se perdió tras casi un año. Ahora queda pasar el partido con Independiente con pibes, e ir a ganar los tres puntos a Sarandí. Y la pelota siempre al diez.