Tal vez hoy haya sido uno de los días más duros para los Riquelmeanos. Aquel dedito de Santa Cruz, el secuestro de su hermano y su posterior partida a Barcelona, la segunda ida luego de volver de Villarreal para regalarnos una nueva Copa Libertadores y sus dos renuncias a la celeste y blanca. En todas esas ocasiones sentí una tristeza similar a la que siento hoy. Porque Román está más lejos que nunca de seguir jugando en el jardín de su casa. Y duele.

Hoy fue un día movido. La prensa nos confunde minuto a minuto. Entre televisión, radio, gráfica y ahora redes sociales, nos llenan de información. Y, aparentemente, falsa. Nos agobian. Ayer se hablaba de un Riquelme listo para poner el gancho. Hoy, hasta el mediodía, todo estaba encaminado "en un 80%", dicho hasta por el propio DT Xeneize. Hasta que salió a hablar el 10.

El periodista de las curiosidades inútiles, Fernando Niembro, expresó en su programa algo que le habían trasmitido o que había averiguado. Y Román entendió que eso que decían "confundía a la gente". Y llamó, como lo hizo días atrás en Fox Sports Radio Del Plata. Pero estaba más enojado que nunca. A tal punto que la conversación con Niembro se tornó en discusión. Una charla que dejó al desnudo el sentimiento del 10 y muchas cuestiones de la negociación para su renovación. Todo eso repercutió, tanto en el Club como en JR. Y la situación parece irreversible. Mañana, como tantos otros días, parece el clave para finalizar para bien o mal esta negociación eterna. La esperanza que me queda son las ganas del ídolo de seguir vistiendo los colores de sus amores. Que así sea.