Te entregamos una nueva edición de "Palabras para el 10". Esta vez, una pluma de lujo: Ariel Greco, periodista de Página 12, nos escribe sobre Riquelme y nos dice por qué, para él, es un "jugador distinto".
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| Para Ariel, Román es un jugador "distinto" dentro y fuera de la cancha. |
Por Ariel Greco
El periodismo deportivo argentino tiene, entre tantos otros defectos, la tendencia a abusar del concepto de “jugador distinto”. Basta con que algún pibito en su tercer partido en primera división gambetee a dos rivales y tire un caño para que ya merezca tal calificación. Lo curioso es que casi de inmediato a ese “jugador distinto” se le encuentra un parecido a algún colega de mayor trayectoria. Sin ir más lejos, el último Sudamericano Sub 20 nos regaló a un “nuevo Messi” con la aparición de Juan Manuel Iturbe, por más que tenemos como diez años más para disfrutar del verdadero.
Formulada esa aclaración y teniendo en cuenta el significado literal de la frase, el verdadero “jugador distinto” del fútbol argentino es Juan Román Riquelme. Es tan distinto, que es único. Es discutible si fue (es) o no el mejor de su tiempo, e incluso ni siquiera importa demasiado. De lo que no hay dudas es que el mote de “jugador distinto” le pertenece a #JR10.
Es distinto por definición, porque no hay o no quedan jugadores que se le parezcan.
Es distinto por la manera en que forja su talento, ya que su calidad no está acompañada por grandes condiciones físicas: no es rápido, no es potente ni es explosivo como otros futbolistas talentosos.
Es distinto en la cancha, cuando encuentra el pase que ninguno de los otros 21 protagonistas vio y que termina siendo la mejor opción posible.
Es distinto en la manera de pensar el juego, ya que disfruta más de asistir a un compañero que de convertir su propio gol.
Es distinto en el trato con la prensa, capaz de ignorar a los programas líderes de audiencia por no comulgar con sus conductores, pero sentarse a darle la nota de tapa a los pibes de la “Garganta poderosa”, la revista que hacen en el Barrio Zavaleta, uno de los más complicados de la Ciudad de Buenos Aires.
Es distinto en el momento de tomar decisiones trascendentales como no jugar un Mundial, por detalles que al resto del mundo le pueden parecer ínfimos, pero que por su manera de pensar y de sentir son innegociables.
Es distinto en no medir el poder de sus eventuales adversarios, desde dirigentes a jugadores, entrenadores, periodistas o hinchas rentados, con los riesgos que ello implica y aun sabiendo que su posición quedará debilitada.
Y hasta es distinto en la relación con esos enemigos, ya que en todos los enfrentamientos que tuvo, reales o ficticios, concretos o armados, pequeños o grandes, jamás le faltó el respeto ni descalificó en público a ninguno de ellos y nunca le negó los elogios que el eventual contrincante se merecía por su trayectoria.
Se podrían seguir enumerando razones por las que se lo puede catalogar de distinto. Pero la manera más clara para explicarlo la entrega la coyuntura. Juan Román Riquelme es tan distinto que no entra en las fórmulas de los que piensan que la única manera de llegar al 10 es sumando 4 + 4 + 2.
Otro texto de Ariel Greco sobre Riquelme en Página 12: "Se le queman las mollejas"
Otro texto de Ariel Greco sobre Riquelme en Página 12: "Se le queman las mollejas"
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