Podolsky abrió el camino. Alemania goleó 4 a 0 a Australia en un festival de fútbol.

Muy temprano a primera hora Argelia y Eslovenia jugaron uno de los partidos que, en la previa, eran de los menos atractivos del Mundial. Y así fue. Siguiendo con lo que se venía viendo, ninguno de los dos equipos regaló nada diferente. Aunque el arquero argelino Faouzi Chaouchi si tuvo un presente para su rival Robert Koren, símil al de Green en la jornada de ayer. El grupo C busca arqueros…Un tirito de Koren fue el 1 a 0 definitivo de Eslovenia y no hubo mucho más. Como nota negativa, el argelino Ghezzal vio la roja por un agarrón y una infantil mano, todo en 15 minutos. Lo más destacado del encuentro fue ver a Zinedine Zidane –y me pongo de pié- entre los espectadores viendo la derrota de la selección de sus padres. Y nada más.

Mucho no cambió la mano en Serbia-Ghana. Los europeos se veían beneficiados por las lesiones de Muntari y Essien, máximos exponentes de los africanos. Pero ni así pudieron hacerce con el triunfo. Serbia se quedó con uno menos por la expulsión de Lukovic y diez minutos después Baldassi cobró un infantil penal –a instancias de su asistente Casas- y Gyan le dio el triunfo a Ghana en el debut. Así, sin mucho para rescatar, los africanos consiguieron un triunfo clave para encaminarse en la lucha por el segundo puesto en el Grupo D.

Porque señores, después de ver a Alemania hoy, no hay ninguna duda de quién se va a quedar con el primer puesto en el dicho grupo. Haciendo un mea culpa, voy a confesar que siempre fui de los que dicen “los alemanes son unos troncos, desbordan, tiran centros y nada más”. Hoy tengo que refutar esas palabras. Lo de los europeos fue un show de fútbol. Desde el primero hasta el último minuto, cuando regularon un poco para no avergonzar a Australia como lo habían hecho con Arabia Saudita en 2002. Decir que Alemania es siempre candidata sería caer en un lugar común. Pero jugando así, es inevitable. El primer gol fue una obra de arte. Pase en cortada, centro atrás y definición potente de Podolsky. En el segundo, quedaron en evidencia dos cosas: Lahm es un excelente ejecutante y Klose mejor cabeceador. Porque no es casual que tenga 7 goles de cabeza en Copas del Mundo. A esa altura mis ojos ya estaban llenos y solo era el primer tiempo. Y Alemania atacaba con todos. Llegaba Lahm por la punta, Muller por un lado, Podolsky por el otro y Özil por el centro. Y mención especial para este chico, de ascendencia turca, de tan solo 21 años. Se robó el partido. Despliegue europeo, habilidad sudamericana y llegada al área. Completo. Una aparición rutilante, que recuerda a la de Ribery en el Mundial de 2006. Vamos a ver como evoluciona la promesa del Werden Bremen. En el segundo tiempo Alemania siguió mostrando un fútbol de toque y precisión. Por momentos regulando, parecía que no había manera de que se le escape el partido. A los 21, Muller se inventó un golazo. El joven del Bayern recibió de Podolsky, enganchó magistralmente y definió cruzado abajo. Tres minutos después, Cacau, en la primera que tocó, le pusó cifras definitivas al partido. Ganó, goleó y gusto. Fue un festival alemán. Ah, y no jugó Ballack.

Así se terminó una nueva jornada mundialista, dónde se vio -por primera vez- algo diferente. Alemania se convirtió en el primer candidato que revalidó esa chapa. Y hubo una curiosidad: tres expulsados en tres partidos del mismo día, único en Mundiales.

Ahora resta esperar a ver mañana, muy temprano, a otra de mis favoritas: Holanda debuta contra Dinamarca. En segundo turno Camerún juega con Japón y cierra el día un partidazo: Paraguay se mide ante el último campeón Italia en un choque que promete. La seguimos mañana…